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jueves, 12 de noviembre de 2009

Combatir por lo inexistente

A propósito del problema de límites con la región peruana.

Hoy por hoy, allá en la europa ocurre un concurso, se trata de ver cuál país tercermundista puede sobornar mejor a los jueces del tribunal de la Haya (región Holandesa) para que la resolución sobre el problema de límites sea favorable a tal o cual conglomerado empresarial, que se escuda tras banderas. Los políticos de la región peruana han apelado a una instancia internacional para solucionar el conflicto que viene desde la Guerra del Pacífico donde argumentan se les “robó” mar. El siempre útil discurso nacionalista contribuye a desviar la atención del público, los medios de prensa burgueses se centra en cada eventualidad que ocurra en la tierra de los molinos, donde personas que probablemente nunca hayan puesto un pie en América deben decidir quién tiene la razón, en desmedro de los conflictos locales.
Desde nuestra tribuna, les haremos el trabajo más sencillo: NADIE, ningún estado puede declararse dueño de aquello que no le pertenece, si alguien debe pronunciarse al respecto son los pescadores artesanales que hacen uso de los recursos marítimos de aquel área en disputa. Sería interesante preguntarles si en todos sus años de oficio han visto una línea que se proyecte desde la tierra hacia el mar, o si los peces tienen pasaporte.
Puede que le parezca infantil nuestra forma de pensar, pero la verdad es que hasta un lactante podría darse cuenta de lo ridículo que es combatir por algo que no existe, además, no se trata de engrandecer a un país, se trata de lograr derechos exclusivos sobre un recurso, he ahí la causa fundamental, a los empresarios poco les importa el país (prueba de eso es cómo retiraron sus dineros de los bancos de esta región cuando asoló “la crisis”), para ellos sólo se trata de mantener sus derechos de explotación indiscriminada.
Vea usted la cordillera, como suben los árboles hasta que ya no hay más, el espino es de los primeros que cesa su ascensión, más al sur el alerce casi corona la cima, pero no. En ese macizo montañoso se presenta un excelente ejemplo de una frontera natural, el árbol no puede subir más, porque no está en sus condiciones el poder adaptarse al clima de aquellas alturas, he ahí una frontera que tiene lógica. Como humanos contamos con la ventajas de la tecnlogía, los andinistas han llegado a las cumbres más alta, y han vuelto para contarlo. Ante una barrera tengo la posibilidad de hacer el intento de franquearla, sin embargo eso nos niegan las aduanas, nos dicen que somos libres, pero si es sorprendido cruzando sin autorización es detenido y deportado. Nos dicen que somos libres, pero existen organismos y oficinas donde debemos registrarnos para que nos llenen con papeles tan irracionales como un “certificado de nacimiento”.
¿Sabía usted que la Araucaria está presente también en la región Brasilera (con modificaciones genéticas claro está), que en los Himalayas hay turquesa como aquella de la Cordillera de los Andes?. El mar es igualmente salado en la región peruana que la que habitamos, no existe una aduana entre insectos, plantas o minerales: ¡Somos el único reino de la naturaleza que se auto impone barreras, siendo que somos los que poseemos mayor capacidad de adaptación!.
Una de las grandes amenazas que se asocian a los anarquistas es esta idea de abolir las fronteras políticas, lo que no entendemos es por qué no comprenden que ellos causan más daño con las humillaciones de sus policías internacionales, sus discursos que buscan enfrentar hermanos, sus violentos documentos que obligan a portar. Las fronteras políticas existen porque las inventaron, así como acaban de inventar la región número XV que va antes de la primera, y la región XIV que va entre la IX y X, así de inteligente es su lógica, claramente nos revelamos contra estas arbitrariedades.
Otra forma de seducir es cuando apelan a la seguridad, se supone que el estado nos protege, que las fronteras aseguran un orden, que si no existieran los vecinos se meterían hasta el comedor. No podemos conjeturar sobre el futuro, sin embargo podemos cortar más fino y reconocer que es diferente defender una familia que un país. Si la familia (el concepto extenso, no aquel concepto católico donde todo lo que no sea mama-papa-hijos es una desviación) se ve amenaza por terceros, entonces es legítimo defenderse, pero este deseo de defensa en nada se parece a aquel propugnado por los políticos, quienes no temen en hablar de guerras, porque sus hijos nunca van a ir al conflicto.
Un último punto, para ilustrar aun mejor lo estúpido que es tirar líneas imaginarias por sobre las altas cumbres, se refiere a la incapacidad de hacer efectivas las delimitaciones. Los arrieros de antaño cruzaban la cordillera con manadas de hasta 2000 animales, y aun hoy existen cuatreros que atraviesan la cordillera sin saber
de naciones. Por el norte ingresan cantidades nada despreciables de cocaína y pasta base, sin que las autoridades puedan frenar dicho flujo, es sencillamente imposible hacer efectivo algo para lo que la tierra nunca estuvo diseñada.
¡Abajo las fronteras políticas!, el ser humano está dotado con la maravillosa capacidad de desplazarse, sólo restringida por unos cuantos esquizoides que andan viendo líneas donde no las hay. Como decían lxs compañerxas que nos precedieron:

NUESTRA PATRIA ES EL MUNDO

Autor: Rako
Publicación: El Surco, N° 9, noviembre de 2009, Santiago de Chile.

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